El verdadero valor del turismo MICE
En el escenario del turismo global, el segmento MICE emerge como uno de los motores más poderosos —aunque a menudo invisibles— del desarrollo económico y social. Según datos de SERNATUR (Chile) los eventos MICE generan un impacto económico global estimado de USD 1,6 trillones, con proyecciones que anticipan un crecimiento hasta USD 5,2 trillones para 2028. Actualmente, esta industria moviliza más de 27,5 millones de empleos a nivel mundial.
Sin embargo, el verdadero valor del turismo MICE va mucho más allá de las cifras. Como señala ICCA (International Congress and Convention Association), lo que se percibe en términos económicos —noches de hotel, consumo en restaurantes, transporte o ingresos por arriendo de recintos— es apenas “la punta del iceberg”. Bajo la superficie, este tipo de turismo transforma destinos, dinamiza economías locales, impulsa la transferencia de conocimiento, fomenta la innovación y contribuye a la construcción de ciudades más competitivas y sostenibles.
Tres voces protagonistas —desde el sector público, el gremio privado y la experiencia internacional— permiten comprender mejor por qué el turismo de reuniones es mucho más que un negocio, es una apuesta estratégica para el futuro.
Turismo MICE en Chile: impacto, desafíos y oportunidades

Verónica Pardo, subsecretaria de Turismo
Desde el ámbito gubernamental, la subsecretaria de Turismo, Verónica Pardo, sostiene que el turismo MICE ocupa un lugar central en la planificación estratégica de Chile. Para la autoridad, este segmento no solo representa un motor económico, sino también una herramienta que fortalece la cohesión social y promueve la valorización cultural. Actualmente, el MICE representa el 10,3% de las llegadas internacionales al país y genera el 17% de las divisas del sector turístico, con un gasto promedio hasta cuatro veces mayor que el del turista tradicional.
Pardo destaca que el turismo de reuniones contribuye activamente a la descentralización del turismo, dinamizando economías locales y generando empleos de calidad, sobre todo para mujeres. Ejemplo concreto de esta estrategia es la próxima Cumbre Mundial de Turismo Aventura (ATTA) 2025, que se realizará en Puerto Natales, evento que —según recalca— “potenciará el desarrollo regional y posicionará a Chile como líder en turismo sostenible y de aventura”.
Para la subsecretaria, Chile posee ventajas competitivas únicas: infraestructura moderna, seguridad, conectividad y una diversidad geográfica que permite combinar negocios con experiencias de viaje únicas. Prueba de este avance es el segundo lugar de Santiago en el ranking ICCA 2024 en Latinoamérica, con 60 congresos internacionales realizados.
Además, menciona las inversiones en conectividad aérea, como la ampliación del aeropuerto de La Serena, y el estándar de calidad en los servicios hoteleros y centros de convenciones. Para Pardo, la diversidad de paisajes —del Desierto de Atacama a la Patagonia— permite ofrecer programas de incentivo diferenciados y experiencias post-congreso que fortalecen el atractivo de Chile frente a competidores regionales.
Vocación estratégica y brechas en el diseño de políticas públicas

Mónica Zalaquett, presidenta ejecutiva FEDETUR
Desde el sector privado, la visión es coincidente en cuanto a la relevancia del MICE, aunque crítica respecto del compromiso estatal con el sector. Para Mónica Zalaquett, presidenta ejecutiva de la Federación de Empresas de Turismo de Chile (FEDETUR), el turismo de reuniones proyecta una imagen país asociada a innovación, conocimiento y negocios, elementos clave para consolidar la presencia internacional de Chile. “No solo es clave por su impacto económico, sino también por su capacidad para posicionar a Chile como un destino internacional de alto estándar”, sostiene.
Zalaquett destaca que Chile cuenta con infraestructura moderna, hoteles de primer nivel, centros de convenciones competitivos y conectividad creciente, lo que ha permitido que el turismo MICE muestre una recuperación sostenida después de los efectos de la pandemia.
Sin embargo, Zalaquett advierte que aún no existe una plena conciencia en el Estado sobre la relevancia estratégica del turismo MICE ni un conocimiento profundo de cómo opera esta industria. A modo de ejemplo, menciona el actual proyecto de ley en discusión en el Congreso para reimpulsar la actividad turística, el cual —según señala— incluye disposiciones que podrían desincentivar la realización de eventos internacionales en Chile.
Una de las principales críticas apunta a la exigencia del 60% de asistentes extranjeros no residentes para acceder a la exención del IVA en eventos internacionales, requisito que considera excesivo y poco realista dadas las características del mercado. Desde Fedetur han propuesto reducir esa exigencia al 40%, con el fin de hacer efectivo el incentivo tributario y aumentar la competitividad frente a otros países de la región.
La experiencia internacional: el caso de Bogotá

Luisa Fernanda Vásquez, gerente Convention Bureau de Bogotá
Mientras Chile debate cómo potenciar el turismo MICE, otros destinos de la región ya muestran resultados concretos. Desde Colombia, la gerente del Bureau de Convenciones de Bogotá, Luisa Fernanda Vásquez, subraya que el turismo MICE ha sido una herramienta decisiva para diversificar la economía de la capital. Según sostiene, la organización de reuniones, congresos, convenciones y ferias internacionales genera impacto económico directo a través del gasto en alojamiento, alimentación, transporte y actividades complementarias, pero además impulsa sectores clave como tecnología, cultura, gastronomía y emprendimiento.
Vásquez recalca que ser sede de grandes eventos ha permitido posicionar a Bogotá como un destino competitivo, innovador y resiliente, capaz de atraer inversión, conocimiento y alianzas internacionales. Esta visibilidad, además de fortalecer la reputación de la ciudad, contribuye a reducir la dependencia de sectores tradicionales como la manufactura o los recursos naturales, abriendo oportunidades sostenibles para la economía local.
Los resultados son elocuentes. Entre 2021 y 2024, Invest in Bogotá ha acompañado la realización de 190 eventos internacionales, movilizando más de 185.000 asistentes y generando 280.000 noches hoteleras, con un impacto económico estimado superior a los 110 millones de dólares. Vásquez es categórica: “Esa cifra habla por sí sola del impacto transformador de esta industria para Bogotá”.
Desde su experiencia, la ejecutiva colombiana plantea que el turismo de reuniones no es un lujo, sino una necesidad para las ciudades que buscan ser protagonistas del desarrollo sostenible y la competitividad internacional.
Fuente: Revista Eventos